miércoles, 31 de octubre de 2007

ORDENAMIENTO DEL VIRREINATO

Levantamiento de Francisco Hernández Girón y ordenamiento del virreinato La victoria de Pedro de la Gasca sobre Gonzalo Pizarro no resolvió por completo la situación en el virreinato. El ofrecimiento de encomiendas había superado largamente las posibilidades del pacificador de contentar a todos los que se habían pasado a su bando, por lo cual dividió las encomiendas existentes -que no pasaban las 150- en unas 218, pero siendo más de mil los beneficiados, entregó una suma de oro a los restantes. El 24 de agosto de 1548 se realizó el reparto en el Cuzco, generando mucho descontento entre los presentes, evidenciando que la situación estaba muy lejos de pacificarse.Siguiendo las órdenes del Rey de España, Pedro de la Gasca empezó a realizar modificaciones y a dictar normas para el mejor funcionamiento de la administración virreinal, sobre todo en lo que al ordenamiento del sistema fiscal se refiere pues era éste una de las principales preocupaciones de la Corona. Así, mandó acuñar nuevas monedas, juntó la mayor cantidad de metal extraído de las minas de Potosí, estableció definitivamente una nueva Audiencia en Lima el 29 de abril de 1549, estableció el sistema de corregimientos para administrar justicia en las ciudades españolas, y se establecieron los límites del virreinato del Perú, el cual comprendería las gobernaciones de Nueva Castilla, Nueva Toledo, Quito, Río de San Juan, Popayán y del Río de la Plata. También veló por el bienestar de los indios encomendados, prohibiendo maltratos y explotaciones tanto en las minas como en el trabajo cotidiano, además de realizar la primera visita y tasa general de las encomiendas, con la finalidad de regular el pago del tributo de los indígenas a los encomenderos y de esta manera reducir su poder.En el momento de regresar a la metrópoli, La Gasca sugirió al Rey una serie de medidas para el mejor funcionamiento del virreinato, entre las cuales resaltan la reorganización de los pueblos de indios en reducciones, medida llevada a cabo décadas después. El pacificador deja como legado un virreinato cuyo poder ya no descansa en los hombros de los conquistadores, sino en una aristocracia encomendera y en un aparato estatal cada vez más fuerte y articulado, además de establecer las bases para el buen funcionamiento de la república de indios, castigando los abusos pero sin darles la libertad lascasiana. Partió del puerto del Callao el 27 de enero de 1550, mientras que la Audiencia de Lima se hacía cargo del gobierno del virreinato del Perú hasta la llegada del nuevo virrey.Antonio de Mendoza, saliente virrey de México, llegó al Callao el 12 de setiembre de 1551 para asumir el cargo en la ciudad de Lima. Su valiosa experiencia sólo duró 10 meses y la Audiencia se encargó de nuevo del gobierno del virreinato, pero para entonces dicha institución ya había intentado abolir el trabajo remunerado de los indígenas, disposición que se había mantenido sin aplicación ante el descontento latente entre los encomenderos. Esta situación enfureció a los encomenderos, que se unieron con los combatientes de las guerras contra Gonzalo Pizarro que no recibieron la prometida encomienda, quienes se organizaron en torno a la figura de Francisco Hernández Girón desde 1550. Luego de algunas revueltas en diversos puntos del virreinato, Hernández Girón se levantó en la ciudad del Cuzco -centro de oposición tradicionalista al poder real en el Perú- en noviembre de 1553 en lo que sería la rebelión más importante desde la de Gonzalo Pizarro.Francisco Hernández Girón, combatiente del lado realista en las batallas de Añaquito y Jaquijahuana, fue nombrado capitán general y procurador por los vecinos peruleros de Cuzco, Huamanga y Arequipa, acto seguido reunió un ejército y se dirigió a la ciudad de Lima. Por otra parte la Audiencia, advertida de esta situación, organizó resistencia bajo el mando de Hernando de Santillán, y en la zona de Potosí se organizó el realista Alonso de Alvarado. Hernández Girón bajó hacia la costa por la zona de Cieneguilla hasta Pachacamac junto a 700 hombres, pero luego de algunas escaramuzas, se retiró hacia la costa sur. El avance de Alvarado junto a un poderoso ejército rindió sus frutos y se enfrentó a Hernández Girón en Chuquinga (Apurímac) el 21 de mayo de 1554, resultando vencedor el encomendero cuzqueño, quien se dirigió luego a la región del Collao.Los combatientes derrotados en Chuquinga se acoplaron a las huestes de la Audiencia ahora reunida bajo el mando de Pablo de Meneses, quienes se dirigieron a la sierra central y avanzaron hacia la región del Collao encontrándose con las tropas de los encomenderos en la fortaleza incaica de Pucará. La superioridad militar de los realistas y las deserciones de los gironistas echaron la suerte de su líder el 8 de octubre de 1554, el cual emprendió fuga hacia la costa de Acarí, para ser luego capturado y remitido a Lima. Luego del juicio sumario fue condenado ser decapitado en la plaza mayor el 7 de diciembre de 1554.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Ordenamiento

Nueva administración del territorioFundación española de ciudades,Fin del Tahuantinsuyo .-La necesidad de dar un nuevo orden al territorio conquistado y de establecer el poder formal de la Corona española llevó a los conquistadores a fundar una gran cantidad de ciudades. Dentro del gran grupo de ciudades fundadas se pueden distinguir dos tipos: las nuevas ciudades fundadas para españoles y las reducciones.Las ciudades de españoles, en las cuales habitaron tanto peninsulares, criollos, mestizos, indígenas e indios, fueron estrictamente construidas teniendo en cuenta el trazado de damero o cuadricular. Este trazado tiene origen en la antigua Grecia y su objetivo inmediato fue el de proveer orden y diferenciación espacial, mientras que en un segundo nivel -más abstracto- opera como una representación social y cultural de la civilización entendida como jerarquización del orden. La ciudad de Lima, fundada el 18 de enero de 1535, responde a ese modelo.En cambio, las reducciones de indios, que también contaron con el modelo de damero y que se encuentran origen en la España de la reconquista, fueron el origen de transformaciones sociales y culturales significativas. A partir de 1550 se establecieron las normas coloniales para trasladar a poblaciones dispersas enteras, como era la costumbre tradicional andina, a nuevos poblados llamados reducciones. En estos poblados se concentró indiscriminadamente la población de una o varias etnias con la finalidad de dar orden y mejorar la administración de la población del nuevo reino, a la vez que facilitaba los censos, las tasas tributarias, la recolección del mismo tributo, la organización de la mita minera y la evangelización.Las consecuencias fueron diversas. Los asentamientos andinos prehispánicos estuvieron ubicados cerca de pacarinas (lugares de origen) y huacas, así como otros lugares sagrados, por lo cual el traslado a un lugar ubicado con un fin administrativo colonial provocó el desarraigo de la población con su pasado mítico, más aun si consideramos que durante el gobierno del virrey Toledo se quemaron muchos de estos espacios sagrados. Otra consecuencia directa fue la pérdida de recursos como el agua y las tierras cultivables, pues la geografía andina difiere mucho de la de Castilla, de donde se trajo el modelo. Además el traslado de mano de obra a través de pisos ecológicos fue uno de los principales baluartes de la complementariedad de recursos, modo que se vio también afectado por las reducciones. La falta de agua y de tierras para cultivo provocó que en muchos casos las primeras tasas tributarias fueran desproporcionadas, pues ellas se basaban en el volumen de productos que las etnias daban al Inca.Una consecuencia más fue la reunión en una reducción de más de una etnia o de poblaciones no oriundas trasladadas en tiempos del Tahuantinsuyo como mitimaes, lo cual trajo problemas culturales y conflictos entre poblaciones. Finalmente el fenómeno de la reducción trajo consigo la aparición de un nuevo rol en la sociedad colonial, el del forastero, personaje que fugaba de las reducciones y que en la mayoría de los casos vendía su mano de obra asalariada en las minas y en las haciendas de producción de coca.